Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2018

Cuidado con los perros

   Tened cuidado gente de bien de Montijo, no vayáis a cruzaros con algún desalmado de esos que llevan un perro al final de una correa, pues os podéis ver infectados por cualquier tipo de enfermedad o ensuciaros nada más ver pasar a uno de esos engendros.    Es por todos sabido que no van dejando más que basuras por la calle, a parte de apestosas deposiciones, si bien hay quien se encarga de cada mierda de su perro.    Aunque hay sitios donde no pueden entrar los perros, si es verdad que los hay donde estos seres peludos tienen vetada la entrada, ¿por sanidad?, ¿Higiene?, parece que son estas las razones por las que no se les permite entrar, o estar, depende de que sea un establecimiento o un espacio público. En el primer caso no hay objeción, si el dueño no es amigo de dejar entrar con animales, no se le va a obligar, no voy a pedir libertad al precio de quitársela a otro. En el caso de los espacios públicos, es curioso que no se les deje entrar por esos motivos, que los dueños de p

En Navidad

     Esa mano ya no tenía fuerzas, Roberto vio como su madre le indicaba que abriera el cajón de la mesilla. Era un trozo de madera, como un retrato, pero todo de madera.      -Quiero que lo vendas, donde quieras, en una tienda, internet, como quieras pero véndelo cuando me haya ido -fue lo último que le dijo su madre.      El Perpetuo Socorro, siempre le había impresionado, pero esa noche se veía más sombrío de lo que lo percibía de costumbre, sin duda, pensó, el sonido del tubo de oxígeno y la oscuridad de la madrugada hacía aquella noche más tétrica, y mientras pensaba esto,  sonó el pitido que confirmaba la muerte, y otra vez, y otra vez…… un momento, no era eso, era el timbre de la puerta.       Estaba de nuevo en casa, en Montijo, veía las cigüeñas en el campanario de la iglesia de San Pedro a través de las ventanas, la mañana de Navidad llegaba tras ese sueño otra vez. Un año hacía desde que se apagó la luz que lo trajo a este mundo y no soportaba la excesiva felicidad, b