Ir al contenido principal

Cuidado con los perros

   Tened cuidado gente de bien de Montijo, no vayáis a cruzaros con algún desalmado de esos que llevan un perro al final de una correa, pues os podéis ver infectados por cualquier tipo de enfermedad o ensuciaros nada más ver pasar a uno de esos engendros.
   Es por todos sabido que no van dejando más que basuras por la calle, a parte de apestosas deposiciones, si bien hay quien se encarga de cada mierda de su perro.
   Aunque hay sitios donde no pueden entrar los perros, si es verdad que los hay donde estos seres peludos tienen vetada la entrada, ¿por sanidad?, ¿Higiene?, parece que son estas las razones por las que no se les permite entrar, o estar, depende de que sea un establecimiento o un espacio público. En el primer caso no hay objeción, si el dueño no es amigo de dejar entrar con animales, no se le va a obligar, no voy a pedir libertad al precio de quitársela a otro. En el caso de los espacios públicos, es curioso que no se les deje entrar por esos motivos, que los dueños de perros no podamos estar en cualquier sitio público que se nos antoje, como sentado en algún banco cerca de un juego de niños o algo por el estilo.
   Cuando voy sin mi perro, o con él, depende del momento, pero si voy sin él y me siento en esos sitios, o paseo por ellos miro al suelo y pienso "mi perro no dejaría tanta mierda en el suelo", no son los animales los que dejan los alrededores de los juegos de niños llenos de cáscaras de pipas y bolsas, no son los perro los que prefieren tirar las cosas al suelo en vez de andar un par de pasos hasta la papelera más cercana, he visto comida por el suelo, papeles, golosinas, cigarros por supuesto, chicles, las mencionadas cáscaras de pipa, vasos, bolsas, por cualquier zona de paseo del pueblo, y en muchas ocasiones todo esto rodeando varias papeleras vacías.
   De verdad, al que hace eso no le hace falta un perro para ensuciar, si mi perro no puede ir a ciertos sitios ¿por qué estos cerdos si?, recordemos que quien no recoge o disciplina somos nosotros, no nuestros animales.
   No estoy pidiendo poder ir al supermercado con mi perro, eso es simplemente por comparar. Me resulta curioso ver como algunos miran hasta al más pequeño cachorro como si solo al mirar fuera a ser babeado y, sin embargo, no duda en tirar un chicle al suelo, o el pañuelo con el que acaba de sonarse. Me gustaría poder pasear por mi pueblo sin sentir vergüenza al ver tanta papelera inútil, seguro que hay bolsas de basura en esas papeleras que no se cambian en semanas por falta de uso. Los dueños de perros que recojan sus cacas (no me gusta que el mío tenga que ir esquivando mojones en sus paseos), los comedores de pipas usen bolsas y papeleras, comedores de golosinas, bebedores de refrescos, etc... si no cuesta tanto.
   No quiero obligar a nadie a que soporte a mi perro si no le gusta o le tiene miedo, pero que sea consciente que cuando paseo voy esquivando y pisando su basura, por el centro del pueblo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Viajando Solo

   "Al principio de todo viaje existe una preparación y unas expectativas, lugares, cosas que hacer, en fin un montón de proyectos por venir.     En mi caso siempre me ha fascinado todo lo que no he visto antes y este viaje consiste en cada dia descubrir una cosa nueva, un detalle, una forma de ver distinta.     Dada tu experiencia, me fuiste recomendando sitios que ver, cosas que hacer en cada lugar, también algunas de esas cosas que no todo el mundo sabe, y que solo da el haber viajado. Bien saben Dios y los hombres que no todos esos consejos los acepté de buen grado, queriendo yo saber más que tú, y descubrir todo por mi mismo. El tiempo te ha dado la razón, hay cosas que se saborean mejor sabiendo de antemano el camino a tomar. Habiendo llegado ya a la edad en la que empezabas a contar conmigo para tu viaje, entiendo que no hubo ánimo de control o de hacer tu mi viaje, sino que para tí era un lugar de esos maravillosos preparar conmigo mi viaje, q...

En Navidad

     Esa mano ya no tenía fuerzas, Roberto vio como su madre le indicaba que abriera el cajón de la mesilla. Era un trozo de madera, como un retrato, pero todo de madera.      -Quiero que lo vendas, donde quieras, en una tienda, internet, como quieras pero véndelo cuando me haya ido -fue lo último que le dijo su madre.      El Perpetuo Socorro, siempre le había impresionado, pero esa noche se veía más sombrío de lo que lo percibía de costumbre, sin duda, pensó, el sonido del tubo de oxígeno y la oscuridad de la madrugada hacía aquella noche más tétrica, y mientras pensaba esto,  sonó el pitido que confirmaba la muerte, y otra vez, y otra vez…… un momento, no era eso, era el timbre de la puerta.       Estaba de nuevo en casa, en Montijo, veía las cigüeñas en el campanario de la iglesia de San Pedro a través de las ventanas, la mañana de Navidad llegaba tras ese sueño otra vez. Un año hacía desde que se apagó la ...