Va ha hacer pronto cinco años que no paso por aquí. ¿Y por qué ahora?, es una buena pregunta.
En primer lugar porque ya tenía ganas de volver a compartir parte de mis vivencias y opiniones, y por fín he encontrado algo que expresar. Por otro lado las sombras que se veían sobre mi futuro años atrás ya han quedado apartadas y las preocupaciones han dejado paso a otras actividades mentales.
El caso es que hablando el otro día con una buena amiga, y en medio de valoraciones literarias comentó que a cierto autor español lo leía pero que no le merecía la pena comprar su libros. El motivo era clarísimo a sus ojos y entender, era un "escritor para entretener", no era de los que le hacían pensar.
No es que sea un entendido en esto de la literatura, pero si un gran aficionado y devoto lector, pero a mí me pareció una afirmación algo más que errónea. A dia de hoy he leido poesía, ciencia ficción, novela negra, fantasía medieval, terror, ensayo histórico, novela histórica, y pude que algún género más. He de decir que en todos he encontrado algo en que pensar, desde la visión filosófica de la vida y la muerte en un relato sobre caballeros de la mesa redonda, hasta una crítica social y política en "Alicia en el país de las maravillas". A mi entender, poder encontrar estas cosas en libros que, en principio, no abordan ese tema, quita peso a la declaración que ha motivado este post.
Ahondando más en el tema del valor de un autor sobre otro, podríamos echar la vista atrás y encontrar que tantos genios como Cervantes, Lope de Vega, incluso Shakespeare, fueron denostados por apuntar como consumidor de sus obras al vulgo y, sin embargo, son los pilares de la literatura y la escena modernas. Eran los tiempos en que Quevedo usaba el verso como procaz crítica a sus adversarios. Estos son ahora tesoros que solo han de pertenecer a las más altas esferas culturales de nuestro tiempo. Pues creo que ni lo uno ni lo otro, ni eran unos mercenarios de las letras, ni son exclusivos de la más alta "cultez" actual.
Valga este escrito, no como menosprecio del comentario de mi amiga, si no como alegato a favor del ensalzamiento de cualquier expresión de la palabra escrita, como ánimo a las nuevas generaciones de encontrar un mundo de vivencias y pensamientos encerrados en las páginas de los libros, comics, diarios, revistas. Valga para poner en valor la interacción entre lector y libro que hace tan mágico el mundo literario, y que no tienen otros medios de transmitir historias, porque nadie va a leer nunca el mismo libro que el que puede leer su compañero de al lado, pueden leer las mismas páginas pero el libro necesita del lector para estar vivo, y eso solo lo puede conseguir el que se acerca a ellos con el interés de saber que misterios encierran sus páginas.
En primer lugar porque ya tenía ganas de volver a compartir parte de mis vivencias y opiniones, y por fín he encontrado algo que expresar. Por otro lado las sombras que se veían sobre mi futuro años atrás ya han quedado apartadas y las preocupaciones han dejado paso a otras actividades mentales.
El caso es que hablando el otro día con una buena amiga, y en medio de valoraciones literarias comentó que a cierto autor español lo leía pero que no le merecía la pena comprar su libros. El motivo era clarísimo a sus ojos y entender, era un "escritor para entretener", no era de los que le hacían pensar.
No es que sea un entendido en esto de la literatura, pero si un gran aficionado y devoto lector, pero a mí me pareció una afirmación algo más que errónea. A dia de hoy he leido poesía, ciencia ficción, novela negra, fantasía medieval, terror, ensayo histórico, novela histórica, y pude que algún género más. He de decir que en todos he encontrado algo en que pensar, desde la visión filosófica de la vida y la muerte en un relato sobre caballeros de la mesa redonda, hasta una crítica social y política en "Alicia en el país de las maravillas". A mi entender, poder encontrar estas cosas en libros que, en principio, no abordan ese tema, quita peso a la declaración que ha motivado este post.
Ahondando más en el tema del valor de un autor sobre otro, podríamos echar la vista atrás y encontrar que tantos genios como Cervantes, Lope de Vega, incluso Shakespeare, fueron denostados por apuntar como consumidor de sus obras al vulgo y, sin embargo, son los pilares de la literatura y la escena modernas. Eran los tiempos en que Quevedo usaba el verso como procaz crítica a sus adversarios. Estos son ahora tesoros que solo han de pertenecer a las más altas esferas culturales de nuestro tiempo. Pues creo que ni lo uno ni lo otro, ni eran unos mercenarios de las letras, ni son exclusivos de la más alta "cultez" actual.
Valga este escrito, no como menosprecio del comentario de mi amiga, si no como alegato a favor del ensalzamiento de cualquier expresión de la palabra escrita, como ánimo a las nuevas generaciones de encontrar un mundo de vivencias y pensamientos encerrados en las páginas de los libros, comics, diarios, revistas. Valga para poner en valor la interacción entre lector y libro que hace tan mágico el mundo literario, y que no tienen otros medios de transmitir historias, porque nadie va a leer nunca el mismo libro que el que puede leer su compañero de al lado, pueden leer las mismas páginas pero el libro necesita del lector para estar vivo, y eso solo lo puede conseguir el que se acerca a ellos con el interés de saber que misterios encierran sus páginas.
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