No soy un especialista en Historia, así es que es posible que de lo que diga haya algún que otro error. Hace algún tiempo vi en televisión un episodio de una serie sobre los últimos de Filipinas, luego se que se ha hecho una película.
Por lo que he podido saber sobre el asunto, una vez perdida la guerra un puesto del ejército español no creía en las noticias del final de la guerra y la derrota de España. El oficial al mando, capitán Enrique de las Morenas, no veía posible que el gobierno español se rindiera y asumiera la derrota.
Alrededor de un año pasaron asediados en las cuatro paredes de una iglesia sin dar crédito a las órdenes de sus superiores, pues las creían manipuladas, sin creer en los ofrecimientos de las fuerzas filipinas. A pesar de las pruebas no veían posibilidad de la realidad de la derrota, incluso sufriendo la falta de refuerzos. Aún así en vez de como inconscientes fueron recibidos como héroes. No dudo de sus actos heroicos, pero su proceder no fue nada cabal.
En nuestros días el oficial al mando es Rajoy, (¿o el rey?) que no se ha creído que haya nadie que quiera dejar de ser español. No ha visto venir a un enemigo feroz que le ha comido todo el terreno y hasta ha conseguido cierta visibilidad internacional.
Igual que antaño, la inacción y estrechez de miras lleva a un desastre, y no es que el gobierno sea el único culpable, pero no ha estado a la altura. Desde el gobierno no existe escenario posible sin Cataluña, pero es que desde el gobierno catalán no se plantea una sola posibilidad de continuar siendo españoles. Si en los discursos respectivos de los interlocutores indicados no existen puntos en común, ni siquiera próximos ¿por qué van a hablar si saben que no se van a entender?. Puede que sea el momento para tener otro gobierno nacional y otro autonómico; hora de tener gente sin miedo a hablar ni a las consecuencias de lo que decidan, de afrontar el juicio de la Historia como hizo el capitán Enrique de las Morenas y si no es posible un árbitro internacional con un poco de perspectiva.
Al grito de ¡a por ellos! parece que los buenos van a poner orden en las colonias que corren el peligro de ser conquistadas por una potencia extranjera, y necesitan de la ayuda de la metrópoli. Tenemos un problema político y lo único que tenemos es cerrazón de los dirigentes patrios, unos y otros. Veo que dentro de poco serán aclamados como héroes en su vuelta con el gobierno a la cabeza tras volver de la Filipinas de nuestros días. Hay cosas que no cambian. No pienso que el estado sea opresor, o por lo menos dictatorial, corrupto si, pero no opresor; pero los catalanes no son insurgentes, simplemente están pegando chillos porque nadie les escucha. La comparación que hago no va por el lado imperialista ni nada por el estilo, sino por la ceguera del que decide y cerrazón en la única validez de sus propias convicciones.
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